viernes, 2 de abril de 2010

¿Cómo escojo mi candidato?

Momentos de decisión. Asunto: ¿A quién mandamos a la Asamblea Nacional? Y empiezan los criterios para evaluar al candidato más apto: que si el que tenga más experiencia, que si la sangre nueva, que si las credenciales académicas, etc.  Pero a todas estas, ¿es una verdadera garantía?, el acercamiento a la gente es por medio de las promesas, la simpatía que despierte en la gente, la popularidad, que no necesariamente significa calidad.
Y digo yo, ¿y si nos estamos pelando en la manera de evaluar? Probablemente. Yo particularmente preferiría ver que tal su vida sentimental. Si. Finalmente, lo que quieren es seducirnos, ¿no? A ver, siempre nos prometen lo mismo: mejorar la calidad de vida, reforma a (coloque aquí lo que desee), más comida, más servicios públicos, más empleo, bla bla… ¿Y qué nos prometen nuestras parejas? Amor eterno, fidelidad absoluta, incondicionalidad, divertirnos, bla bla. Las promesas siempre son las mismas en ambos casos, el detalle está en lo que de verdad se piensa cumplir. Por eso propongo entrevistar a las parejas y ex parejas de nuestros candidatos: ¿Se irán con la primera que les pique el ojo? ¿Cuáles son sus prioridades? ¿De dónde sacó esos reales? ¿Te pega o te caes por las escaleras? Ajá, ahora hagamos analogía con los dirigentes que nos han tocado. Ojo, no es una regla inamovible, pero estadísticamente pareciera ser un parámetro a considerar, que no el único, por supuesto.  Tal vez por aquello del compromiso con la causa. Digo yo.

1 comentarios:

Mintina dijo...

No puedo con las fotos, jajajajaja